En las ultimas semanas del semestre que culmino, fuimos testig@s de un texto elaborado por el docente Alejandro Alvarez Gallego de la Universidad Pedagógica Nacional, titulado “Como tramitar la rabia de saberos impotentes” en el cual palabras mas palabras menos, desarrolla su argumentación en la cual manifiesta su rechazo al accionar de las organizaciones clandestinas al interior de las universidades publicas. Dicha argumentación desde nuestra perspectiva se encuentra sustentada en una gran variedad de chismes tejidos alrededor de tod@s aquellos que siempre estamos ahí, aún cuando sea desde la sombra.
Sin embargo, más allá de caer en el juego del insulto, del culpable etc.... vamos a aprovechar esta oportunidad para aclarar (al menos desde nuestra experiencia como organización) algunos puntos, de los que much@s hablan pero nadie afirma. Vale aclarar que no hablaremos por nadie más que por nosotr@s mism@s.
Contextualizemos:
“Los episodios de violencia a los que hemos asistido en los últimos días en la
universidad no le han agregado nada nuevo a lo que de manera recurrente ha
sucedido en las últimas dos décadas en las universidades públicas colombianas
”. Las anteriores palabras pertenecen al texto elaborado por el profesor Alvarez, palabras con las cuales concordamos. Toda persona que haya indagado sobre la historia de los movimientos clandestinos en las Universidades de nuestro país puede confirmar lo anteriormente citado, sin embargo, que las manifestaciones del los movimientos clandestinos se mantengan intactas en su matriz con el paso de las décadas no obedece necesariamente a una visión obsoleta de los espacios/métodos de resistencia, sino mas bien, a la persistencia de una variedad de condiciones sociales(injustas) que están íntimamente ligadas a estos procesos.
De esta forma, aunque efectivamente llevamos mas de 25 años de tropeles(y los que faltan, por que la revolución no se hace en 5 minutos compitas), capuchas y demás, también es cierto que la crisis de la Universidad publica sigue haciendo estragos, gestada por las políticas internacionales, por los parásitos burocráticos, por los recortes presupuestales, por la mala calidad docente, pero esperen!, la lista no termina ahí, en nuestro país las cifras de desempleo aumentan, el desplazamiento forzado también, niñ@s mueren hambre mientras el gobierno prefiere invertir en la guerra, el acceso a la salud cada vez es mas difícil y precario, en otras palabras, el país no ha dejado de ser un cultivo de miseria en diferentes facetas como lo ha sido en varios momentos de la historia.
Por otra parte, es interesante analizar, que los movimientos clandestinos no son cuestión exclusiva de las Universidades publicas de bogotá, por el contrario, también hacen presencia en Cali, Bucaramanga, Medellín, Tunja, entre otras... !¡pero que coincidencia! Colombia no es el único país que “sufre” el flagelo de l@s encapuchad@s, en Ecuador, Venezuela, Chile, Argentina también existen...entonces, cabe la pregunta: ¿Sera que l@s capuch@s son un mal sudaca?, no , no , no, no! Otra coincidencia, en Canadá, España, E.U, Grecia, Japón, Francia, Inglaterra, Italia entre otros países este tipo de organizaciones también son una realidad...mejor dicho, l@s capuch@s están regad@s por todo el mundo!.... como se dice popularmente en nuestras tierras: por algo será....
Después de mirar este panorama, la conclusión es única, mientras las condiciones de miseria e injusticia sean pan de cada día en la sociedad contemporánea, para mal o para bien, l@s encapuchad@s estaremos ahí, resistiendo a nuestra manera.
¿La cuestión es de impotencia?
“...casi hasta el absurdo hemos repetido
una y otra vez lo impotentes que nos sentimos y la rabia que nos produce tanta
indiferencia, una y otra vez buscamos los responsables, nos prometemos actuar,
deseamos expresar el hastío que nos produce, queremos poner límites definitivos
a tan absurdos actos.
” Con estas palabras, Alvarez expresa lo que según el y much@s otras personas sienten frente a la actividad de l@s clandestinos, pero aquí la cuestión parece proceder de la doble moral, o ¿acaso la critica es igual de dura con las administrativas de la Universidad , y con la situación del país en general? ¿Que propuestas y mecanismos efectivos se proponen frente a la actual situación?. Lo anterior es una de las tantas muestras de que en nuestro país ya es costumbre entre las personas el estar pendiente de como desprestigiar al otro, de como criticarlo, aplastarlo, hemos interiorizado de una forma barbárica la cultura de la competencia, del aniquilamiento absurdo, en fin, la cultura de la negación.
Nosotr@s frente a esto, hemos optado por una posición y claro, una propuesta! Con todo lo que ella implica, incluida la posibilidad de equivocarnos, por que no somos perfect@s (ni buscamos serlo) pero tampoco vamos a utilizar esto, para excusarnos y quedarnos de brazos cruzad@s , ni mas faltaba!. Cuando elegimos este camino asumimos las consecuencias del mismo, y el día que veamos que nuestra lucha es obsoleta, que existe otro camino, seguramente pueden estar segur@s compas que sin dudarlo tomaremos dichos caminos, pero mientras tales perspectivas no se divisen en el panorama, nosotr@s seguimos por nuestra ruta con toda la convicción del caso, y si es necesario estallar papas y armar la espantosa como se dice popularmente para despertar aunque sea, una sola mente del letargo y la apatía, entonces vamos a estallar todas las que sean necesarias.
...Riesgos....
La vida clandestina se encuentra llena de riesgos, desde lo mas obvios al momento de un tropel, hasta otros que lo son menos, que tienen que ver con la identidad y otros asuntos, Alvarez es enfático en su texto al desaprobar los riesgos (que en cierta medida son reales) a los que se enfrenta la comunidad con nuestro accionar, sin embargo ¿Estos riesgos son exclusividad de los festines encapuchados?. Nada mas lejano a la realidad, cualquier persona (y mas si es del común, de la que le toca caminar o coger buseta) sabe que el mundo en sí es una configuración de riesgos y de violencias, basta con mirar a la calle para ver si estamos exagerando.
En esa medida es importante mirar, que la violencia no se expresa únicamente mediante el choque físico, las hay de todos los tipos, colores e intensidades, y de eso, nuestra sociedad si que sabe!. Es a raíz de lo anterior, que nuestra respuesta no puede ser menos radical de lo que es, eso lo entendimos hace ya un tiempo, nosotr@s no estamos tras la búsqueda de pequeñas reformas, de pañitos de agua tibia ni de ninguna otra aspiración conformista que perpetué el orden actual, nuestra propuesta reiteramos, es y debe ser radical, por la destrucción en todo sentido de las dinámicas de vida que se nos han impuesto y que son totalmente ajenas a nuestras necesidades e intereses. Compas, la complejidad de la situación no puede ser asumida como un juego ni como cuestión de buenas intenciones, y de eso, pueden hablar nuestros actos.
Chismes, chismes, chismes....
Seguramente el apartado que vamos a reproducir a continuación fue el que mas nos “molesto”, y no por su contenido en sí, sino por estar fundamentado en la nada, por ser el reflejo del chisme de pasillo, que, para provenir de un profesional de la educación deja mucho que desear....
“¿Qué sienten los capuchos cuando están en plena acción?, ¿es cierto que
necesitan de estimulantes para hacerlo? ¿qué piensan de la universidad? ¿qué
piensan de nosotros? ¿a quién obedecen? ¿a quién siguen? ¿por qué se cubren?
¿es sólo por seguridad? ¿es cierto que la capucha apareció entre los estudiantes
como una forma de responderle a los organismos de inteligencia que han
criminalizado la protesta? ¿les importa algo lo que piense la comunidad, en su
muy diversas miradas? ¿calculan las consecuencias históricas de sus actos? ¿tras
la capucha hay paramilitares?¿guerrilleros? ¿estudiantes? ¿anarquistas?
¿lumpen? ¿militantes de izquierda? ¿un poco de todos? ¿reciben
pagos?¿coinciden en sus intereses? ¿juegan a la guerra? ¿usan la capucha para
seducir incautas primíparas? ¿los del micro tráfico los usan? ¿o son ellos mismos?
”
¿Que podríamos responder?, que sentimos amor y rabia, no usamos estimulantes, no obedecemos a nadie, no seguimos a nadie, nos cubrimos por seguridad, si calculamos la consecuencias históricas de nuestros actos, detrás de la capucha, solo hay personas como cualquiera con sueños e ilusiones, que han decidió hacer algo para transformar un mundo que no les gusta, no recibimos pagos,no jugamos a la guerra, ESTAMOS EN GUERRA, no somos los del microtrafico, bla bla bla... Como ven, dimos una serie de respuestas simples y superficiales, por que tales preguntas no merecen ningún otro tipo de respuestas , preguntas que parecen sacadas de un chismografo... De esta manera esperamos que el morbo de much@s haya sido satisfecho , al menos para con nosotr@s ….
¿Un lenguaje mudo?
Afirmar que el lenguaje encapuchado es reducido, se constituye en desconocer las limitaciones que una “salida” tiene para quienes nos cubrimos el rostro, sin embargo, les recordarnos que l@s encapuchad@s no son solo tropel, también son pinta, son poema, discurso, teatro, humor, imagen, musica, debate, critica, propuesta entre otras manifestaciones. L@s encapuchad@s son ante todo A G I T A D O R @ S , eso lo entendemos y lo asumimos a fondo, por ende, se han buscado, se buscan y se buscaran diferentes maneras de entablar constantemente el dialogo con el resto de la comunidad universitaria, que existan sectores que no estén en la disposición de a escuchar, eso, ya es cuento aparte...
¿Quien impone que?
“...a capucha nos ha impuesto su
lenguaje indescifrable, porque son ellos los que deciden cuándo se puede dictar
clase, cuándo se debe protestar, cuándo se para el tráfico y cuando se pone en
riesgo la vida. La capucha decide. “. En este punto nosotr@s nos preguntamos... ¿Quien impuso que? ¿Fuimos nosotr@s con nuestro accionar? O ¿Fue el sistema que nos niega? ¿La tradición que nos dice como obrar? ¿Las leyes que nos limitan las aspiraciones? ¿La apatía de una sociedad que se acostumbro al horro matutino? Nuevamente preguntamos ¿Quien impuso que?.
Nosotros nos cubrimos el rostro, no por deporte ni por querer lucir como “malos o rudos” nada eso, la capucha se convirtió en nuestra mas fiel compañera que nos protege en un país donde hacer oposición significa ponerse la soga al cuello, y mas importante aún, fue la capucha la que nos permitió desprotagonizar la lucha, ahora ya no se trata de quien hace mas o quien hace menos, se trata del hacer, se trata de la causa, tod@s como herman@s, con fuerza y convicción.
Así que si hablamos de imposición, la única que hemos ejercido es a nosotr@s mism@s , nos presionamos a luchar cada día con mayor empuje por nuestros sueños, con amor por la libertad y con rabia por quien no la quita, eso compas, es lo que somos.
Sin embargo, aprovechamos para reiterar lo dicho en otras oportunidades, nosotr@s no estamos sesgados a ver nuestro accionar como la única vía, solo es por la que hemos optado, pero nuestra disposición esta siempre presente para caminar otros caminos, pero construyamoslos entonces!, pero mientras eso no suceda , seguimos en ruta, y concluimos esta parte recurriendo nuevamente al saber popular: HAGA O DEJE HACER.
Acomodando la situación
En el texto de Alvarez este hace la siguiente afirmación: “Pero en realidad no es la capucha, porque ella
es la misma que portan los zapatistas y a ellos no les teme nadie. Por una sencilla
razón, porque debajo de sus atuendos no hay papas, ni molotov, ni armas de
fuego, ni odio, ni droga, ni alcohol, ni gritos, ni amenazas, ni arrogancia, ni
vocación redentora, ni heroísmo alguno; detrás de esas capuchas solo hay la
mirada esperanzada que le devuelve al capitalismo su veneno, porque ellos no lo
han consumido.” . No sabemos si es ingenuidad del docente o un acomodo intencionado de la percepción de los Zapatistas, pero creemos que nadie mas que el, se va a comer el cuento de la visión “puritana” de los mismos, le recordarnos al señor Alvarez que los Zapatistas bien han ganado su terreno, y no exclusivamente a punta de trabajo de base (que es vital en cualquier proceso de lucha eso lo reconocemos) sino también, con violencia, con fierro en mano!
Creemos que en este punto, esa visión de l@s Zapatistas, ingenua y contada a medias solo le juega a favor del orden establecido, que cosa mas conveniente para el sistema que la gente se trague el cuento aquel de que las buenas intenciones lo cambian todo!
El jueguito de la pasividad
Finalmente queremos terminar este texto , manifestando, que nosotr@s no vamos a seguir el jueguito de la pasividad, el jueguito de las reformas, de “humanizar” el sistema injusto... Esa perspectiva no va con nosotr@s, y lo vivimos en todos los momentos de nuestra vida, el enfrentamiento con el orden establecido se da en todo momento y en todas las formas, en la casa, el aula, el trabajo, el barrio, y por supuesto... la Universidad.
De esta manera cada acción que realizamos esta encaminada a edificar esos mundos con los que soñamos, y por mas gris que se pueda visibilizar el panorama lo afrontaremos con la frente alta y dispuest@s a dar lo que sea necesario y en la forma que lo amerite.
Asi que compa... sí después de leer este texto, aún nos carga bronca , pues entonces tiene otra alternativa... ayudenos a construir una sociedad sin injusticia, fraterna , libre y llena de amor... y en menos de lo que piensa, ya no nos volverá a ver, por que para personas como nosotros, dejara de ser necesario recurrir a cubrirnos el rostro.
